sábado, 13 de enero de 2018

Incultos o farsantes

Por Joaquín Cuevas Aller, escritor (publicado el 12.12.2016 en Diario de León http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/incultos-farsantes_1121811.html)

Desde hace siglos la Historia Medieval de España ha sido manipulada por la mayoría de los historiadores, pero es a partir de la creación de las autonomías cuando la mentira ha sido convertida en verdad oficial. Una de las mentiras más infames se refiere a la Historia del Reino de León. Ya no extraña a nadie que tertulianos de radio, televisión, periodistas y hasta historiadores duden de la propia existencia del Reino de León y algunos hasta la ignoren. El pasado 13 de agosto me publicaba este Diario un artículo con el título de ‘Historiador o farsante’. Le dedicaba el texto a un ‘historiador»’que llamaba reyes de Castilla a Alfonso VI y a Urraca I. Le decía que yo podía decirle el día en el que esos monarcas habían sido ungidos reyes de León. Le pedía que fuera tan amable de decirme cuándo habían sido coronados reyes de Castilla. La callada por respuesta.

El día 6 de noviembre de 2015 me publicaba el Diario otro artículo con el título ‘No es un error, es una mentira infame’. En ese artículo me refería a la publicación por parte de la Consejería de Educación de la Junta de un mapa político de la Península Ibérica del año 1150 para un examen de selectividad. En el mapa había desaparecido el Reino de León y en su lugar aparecía ‘Corona de Castilla’. Ante una pregunta en el parlamento autonómico, el consejero contestó que el mapa era un error, pero «un error menor» En el artículo le preguntaba al consejero si era tan amable de decirme cuál era el error y cuál era la verdad. La callada por respuesta.

Hoy me voy a referir a dos nuevos casos. Hace unos días fue publicado en un medio de comunicación de León el siguiente dato. El Reino de León duró 320 años. Si el Reino de León nació el año 910, sumándole 320, nos dice que desapareció el año 1230. Me pregunto cuál fue el motivo de la desaparición del Reino de León de la Historia. Tal vez fue invadido por otro reino, tal vez se integró en otro reino o tal vez un acto de magia de un mago lo hizo desaparecer. En el artículo no aparece motivo alguno que justifique la desaparición del Reino de León. Escuchando o leyendo a otros muchos historiadores, el motivo de la desaparición fue que el Reino de León se integró en el Reino de Castilla. Nadie dice si voluntaria o involuntariamente

Hace unos días, un prestigioso locutor de radio dijo en su emisora; España nació con la unión de las coronas de Castilla y Aragón. Llamé por teléfono a la emisora. A la pregunta de qué quería, contesté: me gustaría hablar con el Sr. Fulano de tal. Acaba de decir que España nació mediante la unión de las coronas de Castilla y Aragón. Simplemente quería preguntarle dónde estaba entonces la corona de León. Me quedé sin respuesta.

No veo necesario dar los nombres de las personas que escribieron o dijeron semejantes disparates. No deseo tener una batalla dialéctica con nadie. Sólo deseo que se conozca la verdad. Si ambos creen que lo que han escrito o dicho es verdad que lo demuestren en los mismos medios donde lo han escrito o dicho, o envíen una nota a este Diario de León, aportando documentos auténticos que demuestren la veracidad de su afirmación. A ambos les digo que lo que han dicho o escrito no es verdad y la demostración está en la documentación de las crónicas medievales.

Muchos de esos datos están publicados en el libro León en la época más confusa de la Historia de España. Los datos que aporto son auténticos, se pueden cotejar, son claros e incontestables; un os datos que no se publican en España desde el siglo XIX.

Entre otros figuran los siguientes: durante más de un siglo, las Cortes leonesas se reunían separadamente de las Cortes castellanas. Se da el caso especial que en el año 1286, el rey Sancho IV intentó convocar las Cortes de León y las de Castilla juntas en Palencia sin conseguirlo, por oposición de Castilla. En el año 1301 se reunieron en Burgos las Cortes castellanas. En ellas, algunos diputados pidieron que, en adelante, se reunieran ambas unidas y votaron que no. La renuncia a convocar las Cortes conjuntas demuestra claramente que los castellanos no querían saber nada de los leoneses.

Después de ser coronada reina Isabel la Católica en Segovia, lo primero que hizo fue enviar una carta de respeto a la ciudad de León, diciendo «yo, Isabel, reina de León, de Castilla, de Toledo…». Los reyes solían empezar nombrando en primer lugar el nombre del reino donde estaban, pero cuando la información era general para todos los reinos, siempre ponían en primer lugar el Reino de León, el más antiguo y más carismático de todos.

Al mismo tiempo pediría a ambos y a todos los que dicen que el Reino de León desapareció el año 1230, que sean consecuentes con su «verdad» y que exijan la eliminación del león del escudo de España.

Si el Reino de León dejó de existir el año 1230 no tiene ningún sentido que el escudo de León siga figurando en el escudo nacional después de casi ocho siglos de su desaparición. La supresión del león del escudo de España no sería «ninguna pérdida importante», al fin y al cabo «sólo se trata del escudo más antiguo de Europa» del que se conocen documentos del siglo XII.

Las auténticas fuentes de información, las crónicas medievales demuestran que el Reino de León nació el año 910 como continuador del Reino de Oviedo al trasladar la Corte de la ciudad asturiana a León. Desde el año 910 hasta 1230, el Reino de León tuvo siempre reyes privativos. A partir de ese año y hasta la muerte de Isabel la Católica en 1504, sólo Navarra y Aragón tenían rey privativo; el resto de los reinos tenía un único rey general para todos.

Con la llegada de Felipe I y con Carlos I, España se componía de varios reinos históricos. La administración de tantos reinos era muy complicada lo que dio motivo al nuevo orden administrativo del año 1833, organizado por Javier de Burgos, que dividió España en provincias y en regiones que han llegado casi intactas hasta la creación de las autonomías. Esa es la verdad. Espero las respuestas con la esperanza de que, por fin, la verdad sea conocida y desaparezcan los incultos y los farsantes.

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